Rallador tipo estrecho – Varios tipos de corte
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Este tipo de rallador es estrecho o tipo “barra”, por lo que es ideal para rallar alimentos que se adapten a una superficie de rallado más estrecha.
Con estos ralladores se obtiene un rallado de alimentos eficiente, uniforme y rápido, con el consiguiente ahorro de tiempo en la cocina.
Presentan cuchillas afiladas y precisas que rallan los alimentos al deslizarlos por su superficie. Son cuchillas que mantienen su filo por mucho tiempo.
Facilitan un rallado seguro evitando al usuario el riesgo de cortes pues no hay que emplear fuerza para rallar.
Con estos ralladores se obtiene una óptima textura y sabor de los alimentos rallados.
El rallador estrecho ofrece 5 tipos distintos de corte o rallado:
El polvo de nuez moscada es ideal para incrementar el sabor de un puré de patatas o de una bechamel.
Ideal para rallar cítricos sin esfuerzo y de forma aromática, cuando no se quiere añadir más que la ralladura exterior para evitar amargor.
Idóneo para agregar sabores naturales de especias ralladas a una vinagreta fresca, a una crema catalana o a unas galletas o pasteles.
Perfecto para rallar quesos duros. El parmesano queda rallado como polvo fino para espolvorear pasta italiana o para agregar a un aliño de ensalada.
Sus ralladuras producen sabores más intensos en un plato debido a su mayor superficie.
Con el rallador de corte medio, el jengibre, el ajo o el chile rallados, presentan una textura similar a un puré.
Ideal para rallar quesos semiduros como cheddar o gouda para incrementar el sabor y volumen de los platos. Se obtiene granulados muy definidos de este tipo de quesos ideales para ser fundidos.
Perfecto para rallar especias duras como nuez moscada, canela, habas tonka o chocolate para convertirlas en granulados y no en polvo fino.
Idóneo para rallar zanahoria, pepino y otros vegetales para confeccionar ensaladas o complementar otros platos.
Es ideal para rallar y obtener hebras de quesos duros como el parmesano y el manchego muy curado. Estos quesos rallados quedan esponjosos, sueltos y voluminosos.
Idóneo para rallar quesos para gratinar como la mozzarella y pan seco para hacer migas.
Ralla con eficacia verduras duras como calabacín o remolacha.
Perfecto para rallar una amplia gama de frutas y verduras como peras, manzanas, coco, zanahorias, pepinos, etc.
Ralla con gran eficiencia nueces y aromáticos como chalotas, cebollas, ajo y jengibre para pasta que se mezcla con otros ingredientes en una sartén.
El jengibre rallado con el corte grueso queda perfecto para condimentar salteados o para preparar infusiones de jengibre con limón y miel.
Con el corte grueso se obtiene trozos más grandes y fibrosos, ideales para texturas destacadas o derretir quesos con cuerpo.
Estos dos ralladores o laminadores cortan láminas, cintas o virutas de alimentos. Uno las produce de tamaño más estrecho y el otro de tamaño más ancho. Con ambos se obtienen láminas del mismo grosor.
Ideal para presentar platos de forma muy estética agregando láminas o cintas de alimentos.
Las láminas que produce son finas por lo que son ideales para adornar y decorar platos.
Las láminas aportan texturas y sabores intensos a los platos.
Las virutas de queso son ideales para adornar e intensificar el sabor de platos como el carpaccio de ternera, una ensalada César o un sándwich tostado.
Perfecto para laminar ajo para preparar un pollo al ajillo u otros platos que precisen virutas de ajo.
Puede producir virutas o láminas de chocolate para decorar postres o para recetas de repostería.
Lamina todo tipo de vegetales como la zanahoria, el pepino, el calabacín o el repollo (ideal para ensaladas asiáticas como el som tam).
Se pueden obtener tiras delgadas y alargadas (como cabello de ángel), usadas en decoración o cocina rápida (salteados).
Ideal para laminar patatas, manzana, apio, o queso para tacos o nachos.